Ir al contenido principal

Un embarazo sin mitos

Semana 39 de embarazo
Uno de cada 80 embarazos es gemelar (se llama así a todos los embarazos en los que se produce un desarrollo simultáneo de dos fetos en la misma cavidad uterina), y es considerado un embarazo de riesgo. En mi caso, fue un embarazo bicorial-biamniótico, es decir, la implantación de cada óvulo se produjo por separado, dando lugar a dos placentas y a dos sacos amnióticos. En este caso, el embarazo se  considera de menor riesgo,  y para mí, no trascurrió de una manera más especial que mi primer embarazo (simple), salvo porque tuve revisiones médicas cada mes y el aumento de peso fue mayor.

Es verdad que he tenido dos embarazos bastante buenos. Nada de náuseas, vómitos ni complicaciones. Lo peor que recuerdo es la hinchazón de piernas del último mes, derivada de la retención de líquidos. No veía el momento de volver a saludar a mis tobillos. Mis piernas de elefante solo me permitían ponerme un tipo de sandalia dos números por encima del mío.

Yo, que mido 1,60 metros escasos, con 20 kilos de más en mi cuerpo, parecía 'una barriga a una mujer pegada'. Creía que mi piel no daba más de sí. Y aún había quién me decía 'pues para ser dos no tienes tanta barriga, yo de uno sólo tenía el doble que tú', y yo pensaba 'pues llévela usted, señora, a ver si no pesa'. Pero como se suele decir, cada una habla según le va en la feria. Lo que me pase a mí, no tiene por qué pasarte a ti (o al revés), aunque muchas nos empeñemos.


Y es que el tema 'embarazo' da lugar a todo tipo de comentarios. Existe hasta un ranking de mitos sobre el embarazo, que ha sido realizado por un medio de comunicación. Puede que en alguna ocasión algo de lo que se diga haya podido ser cierto, pero no tiene por qué ser la ley. Son más bien creencias heredadas de unas mujeres a otras que ya forman parte de nuestra cultura.

Seguro que muchas de vosotras ha escuchado alguna vez comentarios de este tipo: 'remolino del niño al lado, en el próximo parto hay cambio de sexo'; 'cuando es el segundo hijo, siempre se adelanta el parto'; 'si traes una niña, la cara de la madre se pone más fea'; 'con el embarazo de un niño, la mujer está más activa que con el de una niña'; 'la forma de la barriga es puntiaguda cuando viene niño, y más redonda cuando viene niña'; 'si tienes mucho ardor, el niño nace con mucho pelo'; 'los antojos de la madre pueden provocar marcas de nacimiento en el bebé con la forma de lo deseado'; etc. Todos ellos carecen de base científica.

Y yo estoy en condiciones de afirmar que ninguno de ellos es cierto. Al menos, conmigo no se han cumplido. Y paso a argumentar.

En mi primera consulta al materno infantil, esperaba que el médico me soltara una retahíla de cosas que podía y no podía hacer durante el embarazo porque había escuchado que cuando vienen dos bebés, todo es mucho más complicado. Sin embargo, me hizo una ecografía, me dijo que todo estaba y bien y me dio cita para el siguiente mes. (En el embarazo gemelar, las revisiones de la Seguridad Social son cada mes, y en el embarazo simple, son trimestrales). A punto de terminar la consulta, le pregunté:¿Alguna recomendación?, y su respuesta fue: 'Vida normal'. Claro, que el embarazo se desarrollaba con normalidad y no había señal de alarma, pero inconscientemente yo esperaba algo más, quizá por lo que me habían contado.

A partir de ahí, mi embarazo múltiple se convirtió en un embarazo normal, hasta por la duración. 'Verás como el parto se te adelanta, siendo el segundo embarazo y con mellizos, no llegas a cumplir', me decían. Pues si un embarazo simple dura 40 semanas, el mío iba camino de las 45 si antes no me programan el parto. Hasta cuatro veces fui a la monotorización fetal (lo que por aquí conocemos como 'las correas'), y las niñas estaban estupendamente, con un peso ideal, colocadas cabeza abajo y listas para salir, cuando ellas quisieran, claro.

Al fin, en la semana 39 me programaron el parto (por protocolo, en un embarazo múltiple no te dejan cumplir las 40 semanas). 'Cuando son dos, los bebés nacen con menos peso', otra afirmación equivocada. Que no digo yo que esto no sea lo habitual, pero no siempre tiene por qué ocurrir. Mis niñas pesaron 3,060 kg y 2,800 kg cada una, y mi hijo nació de un embarazo simple con 2,900 kg. Y aún hoy, el desarrollo de cada una de ellas es increíble, las dos se encuentran por encima del percentil fijado para su edad.

Tampoco es que mi cara se desfigurara, como se suele afirmar cuando el bebé que esperas es una niña, y en mi caso fueron dos.

Así que no hay que tomarse estos comentarios a mal (a mí particularmente me hacen gracia), pero es importante que no te confundan. Si tienes dudas, lo mejor es consultarlo con tu médico.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El Valle de Lecrín con niños: la Ruta del Azahar

La primavera es sin duda la mejor estación del año para visitar El Valle de Lecrín. Para los que aún no tengan el privilegio de conocer esta zona, decir que El Valle de Lecrín es una comarca situada al sur de Granada y compuesta por un total de 17 pueblos repartidos en 8 municipios. En esta ocasión, me voy a centrar en el municipio de El Valle que dicho sea de paso es mi pueblo y que está compuesto por los núcleos de Melegís, Restábal y Saleres. En primavera, El Valle luce en todo su esplendor por tres motivos: el microclima especial que posee al estar situado en un valle, el paisaje con todos sus naranjos en flor y el olor que desprende el azahar y que embriaga a todo el que lo visita. Yo siempre digo además que los que vivimos en El Valle tenemos una situación privilegiada porque nos encontramos a media hora de Granada Capital y de la Costa Tropical, y a una hora aproximadamente de Sierra Nevada. Por este motivo son cada vez más las familias de Granada y del Área Metropolitan

El Valle de Lecrín con niños: el merendero de Béznar

Merendero de Béznar con columpios, mesas y barbacoas Aunque vivo en El Valle de Lecrín desde que nací, he de reconocer que todavía hay rincones de la comarca que aún no conozco. Son tantos sus recursos naturales y de esparcimiento que no dejo de descubrir cosas nuevas. El periodo de ‘descanso’ que me he tomado en el trabajo tras mi reciente maternidad múltiple me está permitiendo, paradójicamente, andurrear más con la familia el fin de semana buscando siempre esos componentes para que podamos disfrutar todos y, sobre todo, los niños.    

Ideas caseras para un bautizo

El pasado fin de semana celebramos el bautizo de las mellizas. Un bautizo singular ya de por sí, donde había dos niñas, dos madrinas y dos padrinos. Sin duda, una ocasión muy especial para toda la familia que quise completar con detalles muy originales y caseros.  ¿Os acordáis de las más de 40 latas de leche vacías que guardaba de las mellizas? Pues ya les he dado uso. Y lo estaba deseando porque me estaban invadiendo, literalmente. Tras pensar varias veces lo qué podía hacer con ellas, se me ocurrió la idea de convertirlas en el recordatorio del bautizo. Redecorar las latas no ha sido tarea fácil, ni rápida, y más cuando el tiempo libre escasea por esta zona. Pero me apetecía mucho hacerlo y por suerte he podido contar con la ayuda del papá y de las abuelas, que me han echado una mano. Busqué un papel pintado que fuera adhesivo y una cenefa de encaje. Ahora, como el tema de las manualidades está tan de moda, existe muchísima variedad de artículos, de todas las formas,