Y es que ya no son
las dos bebés que se pasaban horas durmiendo o sentadas en sus hamacas mirando
las musarañas. Eso se acabó. Ahora quieren caminar, gatear, que juegue con
ellas... Y al ser dos, todo requiere doble esfuerzo. Por la noche, con el
agotamiento que tengo encima, me cuesta horrores trabajar en el ordenador sin
quedarme dormida. Imposible concentrarme en nada. Y sí, los hijos son la prioridad,
pero seamos realistas, también necesitamos tiempo para otras cosas, y es más,
un poquito de desconexión nos viene bien a las tres.
Aunque el motivo principal
por el que han comenzado a ir al centro infantil es que en unas semanas comenzaré
a trabajar fuera de casa. No queda otra. Después de un año dedicado a
cuidarlas, hay que volver a la batalla, a otra batalla. En cualquier caso, pronto
cumplirán un año y me parece una edad más que ideal para las mellizas empiecen
a relacionarse con otros niños de su edad, pese a lo que muchos puedan pensar.
Claudia y María tienen
exactamente la misma edad que Alfonso cuando comenzó a ir, y oye, la
experiencia con él fue muy positiva. Tampoco considero que sea pronto, y eso de
que en la guarde se cogen más enfermedades, bueno, tampoco estoy del todo de
acuerdo.
Además, ¿hay una
edad recomendada para llevar a los niños a la guardería? Yo creo que es más una
cuestión de necesidad. Hay niños cuyos padres se deben incorporar al trabajo
tras las bajas pertinentes y llevan a sus niños a la guardería con apenas
cuatro meses. También hay madres o padres que no trabajan y deciden no llevar a
sus hijos a las escuelas infantiles y dejarlos en casa con ellos hasta que
comienzan el colegio. Y está el otro extremo, padres que no trabajan fuera de
casa pero creen que la escuela infantil es necesaria para el desarrollo del
niño, o simplemente necesitan ‘desconectar’, por decirlo de alguna manera, de
los niños en una edad en la que nos absorben
completamente. La decisión de llevarlos o no también puede venir por cuestiones
económicas. Todas son decisiones totalmente respetables.
Yo, personalmente,
soy bastante partidaria de estos centros infantiles. En mi opinión, ayudan a
los niños desarrollar ciertas habilidades; aprenden a comunicarse con otros
niños; adquieren buenos hábitos, por
ejemplo, a la hora de comer, de compartir juguetes, de esperar su turno;
ejercitan la memoria aprendiendo cuentos y canciones; y comienzan a adquirir
los primeros conocimientos.
También creo que
la adaptación es mucho mejor cuando los niños son más pequeños. De hecho,
Alfonso ni sollozó el primer día que lo dejé en la guardería. Y cuando comenzó
el cole, el primer día me fui con el alma compungida de verlo cómo lloraba. Y
eso que estaba acostumbrado desde pequeñito a la rutina y los niños de su clase
eran todos con los que había estado en la guarde, porque en los pueblos
pequeños pasa eso. Pero había cambiado el ambiente, había muchas caras nuevas y
su maestra no era la misma. Pese al
terror inicial, le costó muy poco tiempo adaptarse.
El otro día, cuando
las mellizas fueron a la guarde por primera vez, estaba mucho más tranquila que con Alfonso. Ya
pasé la novatada de madre primeriza cuando me sentí fatal al dejar al niño en
aquella clase y me fui a trabajar. No paré de mirar el móvil en todo el día pensando
que, de un momento a otro, me iban a llamar para decirme que estaba llorando
desconsolado y que no podían hacer nada para calmarlo. Pero no, pasó toda la
jornada como un campeón hasta que lo recogí a mediodía. Al año siguiente,
cuando ya era un poco más mayor, si pasó por una época en la que no quería ver
la guarde ni en pintura, pero afortunadamente fue algo pasajero.
Si queréis
consejo, ante el primer día de guarde de nuestros niños tenemos que mostrarnos
tranquilas ante ellos, contentas y normalizando la situación lo máximo posible.
Es mejor despedirnos con un beso que desaparecer a la primera de cambio, aunque
soy consciente de que a veces no queda otra opción. Pero, sobre todo, actitud
positiva.
Hola Maria del Mar!
ResponderEliminarA ver si ahora se me publica el comentario, que antes tuve problemas.
Yo creo que las escuelas infantiles tienen muchísimos beneficios para los peques, que están al cargo de profesionales que los saben cuidar y enseñar muy bien.
Sin embargo no creo que sean imprescindibles, es decir, lo que los niños aprenden allí, lo aprenderán tarde o temprano en el cole... en la vida...
La principal desventaja que le veo son los virus infernales, aunque no atacan a todos los niños por igual.
Al final es lo que tú dices, todas las decisiones son buenas.
Mis mellis empezaron en la guarde con 26 meses, pero ya desde los 18 empezamos a ver que lo "necesitaban" (eran demasiado para la señora que los cuidaba). Ahora al peque (casi 2 años) no tenemos intención de escolarizarlo hasta los 3 años, pero porque es la opción más cómoda para la familia.
Un abrazo
Ana
Gracias por tu comentario Ana! Estoy de acuerdo contigo, las guarderías son un servicio a las familias y ya si los peques aprenden cosas buenas pues mejor que mejor. A mi me ha pasado igual con las mellizas, pasar todo el día juntas estaba siendo agotador, parece que se les cae la casa encima, gatean y no aguantan en ningún sitio. Así que la guarde nos ha venido genial a las tres, jeje. Y cruzo los dedos para que los virus no se ceben con ellas. Un abrazo
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