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Mis embarazos: ¿Se nota la diferencia entre gemelar y simple?

Embarazos gemelar (izda) y simple (dcha) a las 38 semanas
¿Os imagináis cómo hubiera sido parir hace 50 o 60 años? En fin, te quedabas embarazada y no pisabas un médico en prácticamente los nueve meses. Imaginad el control que tiene un embarazo hoy en día, lo que nos cuidamos y lo que nos cuidan. Cuando llevamos un bebé en nuestro vientre somos como una especie de diosas y, en la mayoría de los casos, nos tienen entre algodones. Antiguamente, el hombre no se implicaba en absoluto en el embarazo porque era “cosa de mujeres” y la sociedad tampoco incentivaba una mayor participación del padre.

Y qué decir del seguimiento médico. Cuando no existían tantos avances, una llegaba al momento del  parto sin saber si sería niño o niña (que era el menor de los problemas), si venía de cabeza o de nalgas, si el niño estaba en buen estado o si presentaba algún problema (que es lo peor que podría pasarte) y si venían uno, dos o tres niños. Y en esta última circunstancia me voy a centrar.

¿Quién no ha escuchado alguna vez la expresión “embarazos y partos eran los de antes”? A propósito de mi embarazo gemelar he tenido la oportunidad de oír muchas historias de mujeres (ya mayores) que han tenido partos múltiples, a cual más curiosa. Os estoy hablando de hace 50 o 60 años. El otro día me contaba una señora, que tuvo dos hijos gemelos, que no se enteró de que venían dos hasta que dio a luz. Ella notaba que había cogido mucho más peso que con el anterior embarazo pero nunca se imaginó que sería porque tenía dos bebés en su vientre. Me puedo imaginar la cara de esa madre cuando, tras dar a luz al primer niño, le dijeran que había otro en camino. Y es que el aumento de la barriga es uno de los indicativos más fiables de que hay más de un niño en camino. Si eso nos pasara ahora, me refiero a no saber que vienen dos hasta el momento del parto, ¿podríais imaginaros la situación?  Con lo que nos gusta tener hasta el más mínimo detalle controlado.

Hoy en día, aunque todavía surge algún que otro caso sorprendente, lo lógico es que en el primer trimestre ya sepamos si traemos uno, dos o tres bebés. Es decir, yo la sorpresa me la llevé al principio, y ya os digo que aunque tuve nueve meses para hacerme a la idea, todavía hoy me cuesta creerlo.

Pero si comparamos un embarazo gemelar y un embarazo simple lo cierto es que el vientre engorda a una mayor velocidad cuando viene dos bebes que cuando hay uno solo. Yo con Alfonso gané 12 kilos y con las mellizas 20. Y la retención de líquidos fue también infinitamente mayor. Cuando entré en el hospital maternal para dar a luz, la chica de recepción, nada más verme, me dijo “¿traes gemelos, verdad?, es que tu barriga no es normal”. Si, la verdad es que parecía “de otro mundo”.

Además de un mayor aumento del vientre, hay otras diferencias reales entre un embarazo gemelar y uno simple. Por ejemplo, hay un mayor control médico. Si con el primer embarazo acudía a la revisión cada trimestre, en el embarazo gemelar lo hacía cada mes y cada semana en la recta final. Otra diferencia es que los embarazos múltiples, por lo general, duran menos (37-38 semanas), aunque yo no soy un buen ejemplo de ello ya que di a luz en la semana 39 con parto inducido y sin el más mínimo signo de dilatación, vamos, que estaba más verde que una lechuga.

Cuando di a luz a las mellizas, lo hice en un quirófano en vez de en el paritorio, como con Alfonso.  Esto es por protocolo. Y menos mal, porque el día que nacieron María y Claudia creo que en Granada vinieron al mundo más niños que en todo el año, no es un dato contrastado, pero os juro que lo parecía. Cuando estaba en la sala de dilatación, con otra compañera más, escuchaba a las matronas decir que “no había paritorios libres”. Y en la sala de recuperación post-parto ¡estábamos cuatro mujeres y cinco niños!, como sardinas en lata.

Cuando me llevaron a quirófano, el equipo médico que me encontré allí estaba compuesto por unas diez personas, entre anestesistas, enfermeras, ginecólogas, pediatras… Fue muy impresionante ver allí tanta bata verde, hasta me asusté un poco y eso que ya iba avisada desde la última revisión. Igual que los niños, cuando se da luz a gemelos todo se multiplica.


Todo menos la baja maternal, que sólo aumenta en dos semanas más, como si quince días extra fueran suficientes para volver al trabajo con más tranquilidad, dejando dos niños de cuatro meses en casa. Pero en fin, esto ya es otro tema.

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