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Merendero de Béznar con columpios, mesas y barbacoas |
Aunque vivo en El
Valle de Lecrín desde que nací, he de reconocer que todavía hay rincones de la
comarca que aún no conozco. Son tantos sus recursos naturales y de
esparcimiento que no dejo de descubrir cosas nuevas. El periodo de ‘descanso’
que me he tomado en el trabajo tras mi reciente maternidad múltiple me está
permitiendo, paradójicamente, andurrear más con la familia el fin de semana
buscando siempre esos componentes para que podamos disfrutar todos y,
sobre todo, los niños.
Así que este será
uno de los muchos post que escribiré bajo el título inicial de ‘El Valle de Lecrín
con niños’ según vaya descubriendo esos rincones que nos ofrecen un buen plan
para los más pequeños y para nosotros también, claro. ¿Y qué mejor que disfrutar
conociendo el entorno donde vivimos?
Bien, en esta
ocasión quería hablaros del merendero de Béznar, que se encuentra en el citado
pueblo, dentro del municipio de Lecrín y que es un lugar ideal de esparcimiento
para toda la familia y sin peligro para los más pequeños.
Es la segunda vez
que lo visito junto con varios amigos y todos nuestros retoños, dispuestos a
disfrutar de una jornada de campo al aire libre. Se trata de una zona llana con
mesas, bancos y barbacoas de obra. También hay columpios para grandes y pequeños,
aseos y hasta un fregadero para lavar todos los cacharros que llevemos. Los
árboles son grandes para dar sombra, aunque en pleno verano será mejor llevar alguna sombrilla.
Es recomendable
llegar al merendero a primera hora de la mañana, aunque sean fin de semana y no
tengamos ganas de madrugar. El motivo es que aquello se pone a tope de gente y
es muy difícil encontrar un sitio libre pasadas las doce del mediodía. Aunque
también está la posibilidad de llevarte sus propias sillas, mesas y una
barbacoa portátil.
Y qué sería de un
buen día de campo sin un buen banquete, de esos que te dejan sin hambre para
tres días. Para comer nos llevamos productos de la tierra: una paletilla de
jamón, habas del terreno crudas, salaillas, carne para asar y embutidos de la
zona. Hizo un día estupendo y ahora que los días son más largos, casi nos dio tiempo
a cenar. Los niños estuvieron jugando a la pelota y subiéndose en los columpios.
Y aunque no les quitábamos ojos de encima, la verdad es que la zona no ofrece
ningún peligro para ellos, más allá de que se produzca alguna caída corriendo.
Aprovechando el
buen tiempo, por la tarde hicimos una excursión al embalse, que queda muy cerca.
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