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Las mellizas, compartiendo cuna en los primeros meses |
No, no existe la
fórmula mágica para dormir a un bebé. Ni organizando una convención de padres
sobre el tema daríamos con la tecla. Cada niño es un mundo y algunos hasta dos.
Y luego estamos los padres, que no todos vemos de la misma manera los
diferentes métodos que ‘hay en el mercado’ para dormir a nuestros pequeños.
¿Trucos? Los hay
para aburrir. A unos les funcionan y a otros no. Lo último en unirse a la lista
interminable de métodos para que nuestros pequeños concilien el sueño han sido
las Apps. Sí, las aplicaciones para móviles que se reproducen como setas,
¡también sirven para dormir niños! Aunque de su eficacia no puedo hablar, la
que acabo de descubrir se llama Nanas Mini (creada por la famosa marca de
coches). Consiste en dormir al bebé mientras escucha el sonido del motor de un
coche. La aplicación te da la posibilidad de seleccionar el ruido de tres tipos
de motores y detecta si el niño se despierta para volver a arrancar. Así que
padres desesperados, si sois de los que sacáis a vuestros hijos a dar una
vuelta en coche en mitad de la noche para que se duerman, probad con esto.
Como ‘mellimama’,
una de de las típicas preguntas que suelen hacerme por la calle es ¿Y tú, cómo las duermes? Bueno, después
de tener a Alfonso sé que no es lo mismo dormir a un bebé que a dos a la vez, pero
he procurado seguir el mismo método que utilicé con él y que me funcionó
bastante bien, la verdad.
Si algo he
aprendido en los últimos meses es que la paciencia y la rutina son los mejores
aliados a la hora de meter a un niño en la cama. Pienso que si se elige un
método y el niño no se duerme el primer día que se emplea, hay que probar el
segundo día, el tercero y así hasta que el pequeño termine identificando el
momento con la hora de irse a la cama. Con tres peques, no me imagino
durmiéndolos hoy en brazos, mañana en el
carro, pasado con un vídeo en el móvil y el otro dándoles un paseo en el coche,
porque lo más probable es que se vuelvan un poco locos y yo termine para
tirarme por el balcón.
Particularmente, nunca
he sido partidaria de meter a los niños conmigo en la cama, básicamente porque las
pocas veces que lo he hecho no he conseguido descansar pensando que podría
hacerles daño. Supongo que no haberles dado el pecho (por motivos que conté en
otro post) también ha contribuido a ello. Eso sí, la cuna que utilizo es de colecho, ya que se queda unida a mi cama por el colchón y es más cómodo para mí poder atenderlas cuando están llorando. Tampoco suelo dormirlos en brazos por rutina, creo que
mis cervicales no darían más de sí. Sólo lo hago si están malitos o tienen un
llanto desconsolado.
Prefiero dormir a las mellizas a la vez. En los primeros meses de vida, mecerlas en la
hamaquita o en la cuna es lo que me ha funcionado. Ahora que ya
tienen ocho meses, la rutina es igual para todos. Con Alfonso ya no hay
problema. Él se mete en su cama y después de leerle un cuento, se queda
dormido. Con Claudia y María hago algo parecido. Siguen compartiendo cuna,
aunque será por poco tiempo ya que el espacio se ha reducido considerablemente.
Cada una tiene su saco de dormir, con lo que evito que se despierten a mitad de
la noche a causa del frío. Les pongo su chupete y un objeto de apego, en su
caso, una mantita con muñequito que sólo utilizan para la noche. Siempre a la
misma hora y con una luz tenue. Algunas veces se quedan tranquilas, otras
balbucean y otras se ponen a jugar levantándose como si quisieran gatear. No es
una fórmula mágica. A veces tardan en dormirse cinco minutos y otras veinte. Pero
lo que sí he aprendido es que cuanto más pendiente esté de ellas y cuanto más
me empeñe en dormirlas, más tardan en hacerlo. Prefiero dejarlas a su aire,
sobre todo cuando no tienen intención de ‘cerrar el ojo’. Con esto no quiero
decir que las deje abandonadas en el dormitorio ni mucho menos, pero no me
quedo acostada con ellas intentando dormirlas ‘a mano’ ni entro a la habitación
al más mínimo gemido. He comprobado que así se excitan más y prefiero darles la
oportunidad de que se calmen solas. Si después de unos minutos no lo hacen, entonces ya si acudo a verlas, les pongo el
chupete, les doy un beso y vuelvo a salir de la habitación.
Soy defensora de
que los niños aprendan a dormirse solos aunque al principio tarden un poquito
más en hacerlo. Pero a largo plazo, es lo mejor para todos y la única manera de
no desesperarme en el momento del día que más cansada estoy, cuando ya apenas
me quedan fuerzas físicas y mentales, la verdad. Por experiencia sé que los niños
suelen coger muchas manías a la hora de dormir y si hay algo que no me
funciona o que me va a traer problemas a la larga, prefiero no hacerlo, por muy
cómodo que me resulte al principio. Al final, todo es cuestión perseverancia y
toneladas de paciencia.
Por supuesto que
esta es mi opinión y que cada madre o padre lo hará como buenamente pueda y
crea que es lo mejor para su bebé. ¿Cómo lo hacéis vosotros?
Por motivos varios como darle el pecho,el cólico del lactante,y esas cosas yo a juan lo duermo en la mecedora de mi bisabuela cantándole una canción poco a poco lo quiero acostumbrar a que se duerma solito pero haber si desaparecen esos gases tan molestos
ResponderEliminarSi, está claro que las circunstancias de cada niño son distintas. Si el niño está molesto necesita que lo reconfortes, eso está claro. Además, la situación de que haya un bebé en casa en vez de dos también te permite dedicarle más tiempo. ¡Y bien que haces!
ResponderEliminarMi pequeña aportación:
ResponderEliminarYo tenía un truquito para dormirlos ( he sacado a tres palante jeje ) que además me permitía hacer otras cosas al mismo tiempo.
Al bebé lo cogía con la mano izquierda, boca abajo con una pierna un brazo a cada lado, y con la mano la cabeza cogida por el cuello, para afianzarlo y pegado al cuerpo. La derecha me queda libre para hacer sosas y también para hacerle cosquillas en la nuca, cosa que les gusta mucho. Me dio buen resultado. Un besazo.
Si Isaias, hay ciertas posturas que les relaja bastante, sobre todo cuando son muy pequeños y están molestos con los dichosos gases, porque cuando crecen ¡pesan un montón! Gracias por escribir
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